“…y así te fui queriendo a diario… sin una ley… sin un horario y así me fuiste despertando de cada sueño dónde estabas tu…”

Si, así pasó. Era un día gris, sentada al lado de mi ventana reflexionaba de cada cosa que me pasaba… mis desgracias, mis amigas, todo.

No sabía porque todo esto me pasaba a mí…. No tenía ni idea.

Hay veces, en las que es difícil escoger entre dos personas. Y al final, si esas personas lo aceptan, terminas por estar junto a las dos. Pero siempre, hay el peligro de tener que escoger, y al final, no poder decidir y perderlas.

También pasa, de que hay situaciones en las que ves que no solo puedes pertenecer a una persona, necesitas de dos, no porque seas una egoísta, simplemente, porque necesitas más amor, y porque has encontrado dos personas perfectas en un mismo mundo.

Esas personas, pueden ser muy diferentes, pero hay algo que las une y las hace idénticas, y es el amor que sientes hacía ellas.
¿No te has encontrado nunca en la situación de darlo todo por lo que más quieres? ¿Aunque sea tu propia vida?

O sí, eso mismo hice yo, y no creas que me arrepiento, todo al contrario. Sin esas dos personas, simplemente no pudiera haber existido. Vale, también tenía a mi hermana menor, a mis padres, mis amigos… pero no, ellos lo eran todo, esos dos nombres, lo eran todo. Esas dos caras, tan parecidas, pero a la vez diferentes.

Me dolía el pecho cada vez que lo recordaba en silencio, todas y cada una de las cosas por las cuales odiaba mi miserable e inútil vida. Por supuesto en cada historia mala hay una ventaja… tengo mis 2 mejores amigas Emily Thompson de 17 años mejor conocida como Gutti o Emi, los cumplía 15 días antes que yo  y Leila Steph de 18 años, más conocida como Lily que siempre están para apoyarme. Emi era una niña muy linda, con su pelo negro, lacio y largo, con su flequillo que casi le tapaba un ojo, su corta estatura la hacía ver inofensiva y así lo era, pero cuando le sacan la rabia no hay nadie que pueda con ella. Y ahora está la otra Lily mi amiga de hace años y con la que más me entiendo. Ella es igualita a mí en el aspecto sentimental pero en lo físico no tanto. Ella es de pelo mono y largo, es totalmente blanca, tiene unos hermosos ojos azul cielo que todo el mundo envidiaba… hasta yo. Si, lo admito, envidio sus ojos demasiado. Simplemente son hermosos. Ella es también de corta estatura.

Sí, yo soy Rose Anderson, nombre ridículo. Vivo con mi madre. Soy alta, no muy blanca pero tampoco muy morena, de pelo castaño, mi pelo es alocado, como de “Flogger” o algo así , tengo un pirsin en la lengua que me hice a los 16 años. Vivo con mi madre y mi hermana Alexandra pero yo le digo Alita, es menor que yo, tiene 7 años. Mi mama no tiene esposo y nunca lo tuvo. Nunca se caso con mi papa porque eran muy diferentes, y su relación termino un poco después de mi nacimiento. Tenía un gran apoyo de mi madre pero aun así casi siempre me sentía sola y mi hermana… bueno es mi hermana y es muy pequeña para comprenderme a mí y a mis complicados problemas. Mi papa me llamaba cuantas veces podía, me visitaba y me sacaba por ahí. Aunque tenía a mis amigas que lograban medio cubrir el agujero en mi pecho, siempre me sentía mal y sentía que algo me faltaba… que no estaba completa. Tenía una buena escuela y en teoría buenas amigas y amigos. Pero me faltaba algo que yo sabía que nunca iba a conseguir haga lo que haga será en vano que alguien me quiera de verdad, que me valore y que sobretodo me respete.

Esto es solo un capitulo de mi vida. Nunca pensé darle tanta importancia a ese asunto su nunca en mi vida me había importado. Hasta ahora.

Mi vida era miserable, no soportaba la idea de seguir despierta… el silencio abrumaba la habitación, me hizo recordar que tenia escuela al día siguiente y caí en cuenta que ya era muy tarde así que decidí alistarme para dormir.